Cómo superar la depresión postvacacional
- Inés Cano Montalbán
- 2 ago
- 2 Min. de lectura

Estás de vacaciones, disfrutando de la playa o la montaña, trasnochando, de fiestas con tus amigos y familiares, todo es felicidad... y, de repente, sin apenas haberte dado cuenta, estás de vuelta en tu rutina diaria, con insomnio, sin ganas de hacer nada, triste y cansado. ¿Te suena?
La mal conocida "depresión postvacacional" no es ninguna enfermedad. En realidad es un síndrome, un conjunto de síntomas que se dan a la vuelta de vacaciones generando esa sensación de malestar.
Entre esos síntomas podemos diferenciar:
Físicos: insomnio, fatiga, dolor corporal, migrañas, etc.
Psicológicos: tristeza, ansiedad, desmotivación, sensación de vacío, etc.
¿Por qué ocurre?
No es ninguna casualidad que aparezca después de las vacaciones, ya que el síndrome postvacacional es provocado por un cambio brusco en nuestras rutinas. Se trata de un periodo de adaptación totalmente normal que nuestro cuerpo y mente necesitan para volver a reajustarse, pudiendo durar desde unos días hasta unas semanas.
¿Qué puedo hacer para encontrarme mejor?
Como hemos dicho, se trata de un periodo de adaptación y por ello, lo que más nos puede ayudar es anticiparnos a ese cambio. Podemos tener en cuenta:
Vuelta progresiva: adaptando nuestros horarios de sueño poco a poco, volviendo a nuestra alimentación habitual, etc.
Organización: la vuelta al trabajo se va a producir y ello puede suponer tareas acumuladas. No trates de ponerte con todas a la vez, divide las tareas grandes en pequeñas para que sean más asequibles, prioriza las urgentes, delega lo que sea posible y sobre todo, recuerda que el día tiene 24 horas, no quieras asumir más de lo que puedes. Intenta ser realista con los objetivos que te marques.
Autocuidado: intenta tener momentos a lo largo del día que impliquen descanso y desconexión. También puedes realizar actividades que sean agradables.
¿Qué pasa si no me he anticipado y estoy sintiendo ese malestar?
Aunque la mejor estrategia es la anticipación, si no has podido llevar a cabo las recomendaciones anteriores, lo más importante es recordar que es algo temporal.
Date un poco de tiempo para que tu cuerpo y tu mente logren adaptarse de nuevo al día a día. También puedes aplicar los puntos anteriores en cuanto a la organización y autocuidado.
¿Y si los síntomas persisten?
Si los síntomas persisten, puede que haya algún factor que está manteniendo el malestar y sería interesante hacer una revisión de las distintas áreas de tu vida.
En muchas ocasiones la vuelta a la rutina supone un trabajo que no soporto, unos hábitos que no me hacen bien, volver a conectar con la autoexigencia y el perfeccionismo, no tener tiempo para mí, etc.
Si ese es tu caso, podemos ayudarte a identificar los factores concretos que están presentes y trabajar para que puedas generar los cambios que sean necesarios para tu bienestar. Puedes pedir cita aquí o solicitar más información aquí.
Recuerda que estas recomendaciones son generales y que no sustituyen una intervención psicológica personalizada (individualizar es la clave) por lo que puedes seguirlos como base pero si consideras que necesitas la ayuda de un profesional, no dudes en pedirla.
No estás solo/a
Comments